La temática tendrá dos etapas: la primera, es la Asamblea General Extraordinaria de 2014 que hará el 'status quaestionis' y recogerá testimonios y propuestas; la segunda es la Asamblea General Ordinaria prevista para 2015, destinada a individuar las líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia.
El documento se titula “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la nueva evangelización” y a la presentación del mismo intervinieron el cardenal  Péter Erdő, arzobispo húngaro de Esztergom-Budapest, relator general de la III Asamblea General Extraordinaria; Mons. Lorenzo Baldisseri, secretario general del sínodo de los obispos; y Mons. Bruno Forte, arzobispo italiano de Chieti-Vasto y secretario especial de dicha asamblea.
Respondiendo a ZENIT el cardenal indicó que en un sínodo la doctrina del magisterio es la base, así como los diversos documentos del magisterio de la Iglesia. Y por ello el documento preparatorio en la parte inicial ofrece diversos puntos de referencia. Recordó que “las cuestiones sobre la moral non son plebiscitarias, pero es necesario entender el conocimiento que los fieles tienen de ellas, y la diferencia existente entre el conocimiento y la práctica”.
En sus palabras sobre el sínodo el purpurado recordó que la familia “aparece como una realidad que desciende de la voluntad del Creador y constituye una realidad social. Por lo tanto, no es una mera invención de la sociedad humana, mucho menos de cualquier poder puramente humano, sino más bien una realidad natural, que ha sido elevada por Cristo Nuestro Señor en el contexto de la gracia divina” y que “matrimonio y familia son inseparables".
Sobre el documento hoy presentado Mons. Baldisseri recordó que “del 7 al 8 de octubre se celebró la quinta reunión del Consejo Ordinario del Sínodo, presidida por el papa Francisco. Durante este encuentro fue elaborado el Documento preparatorio, que ahora le presentamos”. Precisó que “además de una presentación general del tema, contiene algunas citas bíblicas y magisteriales esenciales, así como un cuestionario sobre los principales desafíos en la familia”.
Para iniciar el proceso de consulta a través del cuestionario, indicó que “se ha invitado a las diócesis a difundir el Documento de forma capilar en los decanatos y parroquias con el fin de obtener datos concretos y reales” y que será un documento, que medirá “el pulso de la situación, saber qué piensa y cómo se vive la fe en la realidad”.
Mons. Baldisseri añadió que es “en este espíritu que creo que debe comprenderse también el camino querido por el Santo Padre para la próxima Asamblea General Extraordinaria del Sínodo: una amplia y profunda escucha de la vida de la Iglesia y de los desafíos más vivos a los que hace frente, compartido en un camino progresivo, con dos etapas fundamentales, que pueda llevar a todos los representantes del entero colegio episcopal a madurar propuestas fiables para ofrecer al discernimiento del Obispo de la Iglesia que preside en el amor”.
Precisó que “todo esto no sólo no quita nada al papel del sucesor de Pedro, sino que de hecho, mejora la función de discernimiento y decisión final para el bien de la Iglesia y de la familia humana, a cuyo servicio se pone”.
Mons. Bruno Forte por su parte indicó que los retos no son pocos: "Hay problemas, inéditos hasta hace pocos años, de la difusión de las parejas de hecho, que no acceden al matrimonio y a veces incluso excluyen esta idea; a la unión entre personas del mismo sexo, a quienes se les permite la adopción de hijos".
Precisó además que existen numerosas las situaciones contextuales nuevas, como la cultura del "no compromiso", la inestabilidad del vínculo y la reformulación de la misma idea de familia, hasta un pluralismo relativista extendido en la concepción del matrimonio, y las propuestas legislativas que devalúan la permanencia y fidelidad del pacto matrimonial. “Estos desafíos implican consecuencias pastorales significativas” dijo.
Y sobre la pastoralidad y el concilio Vaticano II, añadió que “no es el evangelio lo que cambia, sino nosotros que iniciamos a entenderlo mejor. También partiendo de las heridas existentes”. Mons. Bruno Forte concluyó que el tiempo es relativamente poco, y que es necesario trabajar y rezar, y estar a la escucha del Espíritu Santo porque nos sorprende siempre.